domingo, 9 de junio de 2013

La leyenda de Giges de Herodoto

La caída del imprudente Candaules rey de Lidia, es uno de los relatos griegos más fantásticos narrado por el historiador Heródoto de Halicarnaso.
Cuenta Heródoto que Candaules era un hombre muy enamorado de su esposa y pensaba que poseía la mujer más hermosa del mundo. Entre sus guardias de mayor confianza se encontraba Giges. Un día, Candaules empezó a alabar las virtudes de su mujer ante Giges y al final, creyendo que Giges pensaba que él exageraba, le dijo: “Giges, me parece que no te convenzo cuando hablo de mi mujer, pues los hombres dan menos crédito a los oídos que a los ojos, así que haz de verla desnuda”.
Giges respondió:“¿Qué discurso tan poco cuerdo dices? ¿Me mandas que ponga mis ojos en mi señora? Al despojarse una mujer de su vestido, se despoja con él de su recato. Yo estoy convencido que es la mujer más hermosa de todas las mujeres, y te ruego que no me pidas cosas fuera de la ley”.
Pero a pesar de sus intentos no pudo Giges desechar la idea del rey, quizá por miedo a lo que le sucedería, y la insistencia del rey fue tanta que Giges terminó aceptando. Así una noche, Candaules introdujo a Giges en la habitación de su esposa y lo escondió detrás de una puerta entreabierta. Al llegar su mujer todo se desarrolló como el rey lo había previsto, excepto por el hecho que la mujer vio a Giges salir de la habitación, aunque no dio voz de alarma.
Al día siguiente la reina hizo llamar a Giges, quien no sospechaba lo que le iba a suceder. Fue entonces que ella le dijo: “De los dos caminos que hay te doy a escoger cuál quieres seguir: o matas a Candaules y me posees a mí y al reino de los lidios, o tienes que morir al momento, para que en adelante no obedezcas en todo a Candaules ni mires lo que no debes. Así pues, o ha de perecer quien tal cosa ordenó, o tú, que me miraste desnuda y obraste contra las normas”.
Giges no podía articular palabra por la sorpresa, y luego de un momento de duda decidió matar al rey. Cuando quiso ser coronado fue fuertemente resistido, así que expuso su caso al oráculo de Delfos, que le dio la razón. Giges en agradecimiento hizo un importante regalo en oro y plata al oráculo, que en Delfos llamaron gígadas en honor a su donante.
Heródoto (1999) “Los nueve libros de la historia”, Océano, Barcelona.
En esta leyenda se plantea un dilema cuando la esposa de Candaules le dice a GIges (soldado de confianza del rey) realmente que elija entre ella y poder ser rey o a su amigo de confianza Candaules. Giges finalmente elige el poder y lo acaba matando (al rey) pero me parece un acto pernicioso ya que por ansia de poder y de ser despojado de ataduras y servicios y vivir algo mejor; hace un acto cruel y vil hacia esa persona a la que parecía tener afecto. Por parte de la esposa tampoco se muestra amor hacia Candaules, supongo que lo que quería era librase de él.                                                                                                                                    Actualmente habrá mil casos así, no tan atroces pero sí de traición  falsía e infidelidad entre las personas,por el hecho de pensar en yo y solo yo y no pensar en tu alrededor. Algo triste pero que nos viene desde tiempos atrás en los que luchábamos por nuestra supervivencia.
Claudia Conejo García.

Giges por Herodoto


Según cuenta Herodoto (historiador y geógrafo griego) Candaules, rey de Lidia, estaba muy enamorado de su mujer. Un día comenzó a ensalzar las cualidades de su esposa ante Giges, uno de sus más allegados ministros. Candaules, creyendo que este no era capaz de imaginarse la belleza de su esposa le propuso que fuera a su dormitorio para así verla desnuda y poder juzgar por sus propios ojos lo que el rey le contaba.


Giges intentó persuadir la idea del rey una y otra vez por las consecuencias que podía llegar a tener, pero este seguía insistiendo. Y finalmente le obedeció. De este modo, Candaules llevó a Giges a su dormitorio y lo escondió detrás de una puerta. La mujer de Candaules llegó y se quitó la ropa dejándola en una silla, como todos los días. A la salida de Giges, ella se di cuenta de su presencia.

Al día siguiente, mandó llamar a Giges. Este creía que la reina ignoraba lo que la noche anterior había ocurrido, por lo que no sospechaba lo que estaría a punto de ocurrir. La reina le dijo a Giges que tenía dos opciones, la primera era matarse por haber visto lo que nunca debió de ver, y la segunda matar al rey por deshonrar a su esposa ocupando su lugar como rey. Giges decidió matar al rey. Ésta es la historia de como Giges llegó al trono.

Esta historia tiene dos claros dilemas morales. En primer lugar la decisión de Giges de hacerle caso al rey, y ver a su reina desnuda. Giges no estaba de acuerdo pero el rey se lo pidió reiteradamente y tuvo que ceder sabiendo las consecuencias que podría conllevar. Y en segundo lugar, matar al rey o matarse él. Creo que Giges no tomó la solución correcta, a pesar de que ninguna de las dos lo eran, pero podría haber tomado otra alternativa. La postura de la reina no es nada correcta, ya que no puedes pedirle a alguien que decida entre quitarse la vida o quitársela a su amigo.

Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona.


Alejandra García Jiménez
3º crédito del 3º trimestre

Credito Giges por Herodoto

En esta historia hay que destacar los dilemas morales que se presentan.

Primero que Giges tiene que decidir entre hacer caso a su rey y enseñarle “las virtudes de su mujer”,que en mi punto de vista seria la opción correcta, o no hacerlo y esperar lo que le sucedería mas tarde que seria la opción buena. Esta opción podría tener unas malas consecuencias por lo que se declina por la primera.

El segundo dilema seria la elección de Giges que la mujer le propuso entre dos opciones:
Matar a Candaules por haberle ofrecido lo que él tenía prohibido ver y convertirse en nuevo rey con ella como reina, o morir él mismo para evitar en el futuro nuevas tentaciones a las que podía someterle Candaules.
No veo sentido de razón ninguna de las dos opciones puesto que el derecho a la vida es algo con lo que no se puede “jugar”. Daría por incorrectas ambas opciones.

Andrés Carrillo Bejarano
3º crédito del 3º trimestre

Giges de Herodoto

Según Herodoto: Candaules era un hombre muy enamorado de su esposa, sentía verdadera pasión por ella. Entre los colaboradores más apreciados por el rey, se encontraba Giges. Un día, Candaules empezó a alabar las virtudes de su mujer ante Giges y al final, creyendo que Giges pensaba que exageraba, le propuso visitar el dormitorio de su mujer antes de que ésta se acostara para que pudiera verla desnuda, y juzgar así por sus propios ojos lo que Giges escuchaba de su rey.
A pesar de los intentos de desechar la idea por parte de Giges por miedo a lo que podría sucederle después, la insistencia del rey acabó por hacerle aceptar muy a su pesar. Así pues por la noche, Candaules escondió a Giges en la habitación de su esposa. A la llegada de la mujer, todo se desarrolló tal y como los hombres habían planeado, excepto por el hecho que la mujer del rey se apercibió de la presencia de Giges cuando éste salía ya de la habitación, aunque no dio la voz de alarma.
Al día siguiente, la mujer hizo llamar a Giges, quien desconociendo que la reina sabía lo sucedido la noche anterior, no sospechaba lo que iba a ocurrir. La reina le dijo a Giges que sólo tenía dos opciones: matar a Candaules por haberle ofrecido lo que él tenía prohibido ver y convertirse en nuevo rey con ella como reina, o morir él mismo para evitar en el futuro nuevas tentaciones a las que podía someterle Candaules. Tras unos instantes en que Giges no podía articular palabra por su sorpresa, rechazó la oferta de la reina., pero ante su insistencia, decidió matar a Candaules. La reina lo introdujo en el dormitorio del rey y lo ocultó en el mismo lugar donde había estado disimulado el día antes; Candaules murió, apuñalado por Giges durante su sueño.

En esta historia surgen dos principales dilemas morales, que merece la pena que sean comentados.
El primero es en el que Giges se enfrenta a la incómoda situación de tener que decirle que no a su rey, en la que finalmente cede, lo cual significa que terminó optando por la opción de satisfacer a su rey, y no seguir sus propios principios, la mas correcta, pero no la que su propia ética le exigía.
Y el segundo es en el que la reina le obliga a elegir entre su propia muerte, o la de el rey, donde elige acabar con la vida del rey, dejando así a un lado lo correcto, y siguiendo su propia ética y moral.
La conclusión, algo precipitada, que se puede sacar de un texto tan corto, pero a la vez tan denso, es que todas las situaciones tienen un límite, y que quizá, si en algún momento de tu vida, no sigas la ética que tu mismo te marcas, en algún momento te arrepientas, y tengas que hacer algo que no sea de tu agrado, o mucho peor.

Daniel Barros
3º credito del 3º trimestre